jueves, 10 de marzo de 2016
Alicia Moreau de Justo y los DDHH
En 1975, a los 90 años, fue una de las fundadoras de la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (APDH), convocada por Rosa Pantaleón, junto con el obispo de Neuquén Jaime de Nevares, el rabino Marshall Meyer, el obispo Carlos Gatinoni, Raúl Alfonsín, Oscar Alende, Susana Pérez Gallart, Adolfo Pérez Esquivel y Alfredo Bravo. La APDH desempeñó un importante papel de resistencia al terrorismo de estado durante la dictadura militar que gobernó entre 1976 y 1983.59 En esos años acompañaba a las Madres de Plaza de Mayo, a quienes consideraba ejemplo de mujeres valientes,60 en sus famosas rondas frente a la Casa de Gobierno y presentaba peticiones de libertad a la junta militar y a los jueces. En gesto de agradecimiento, el día de su 99º cumpleaños, le obsequiaron un pañuelo blanco, símbolo de las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo.
«La democracia es, así ha sido definida hace bastante tiempo, el gobierno del pueblo, por el pueblo, para el pueblo, es decir, que el pueblo no sea un instrumento para dar a otros las leyes que necesitan para hacer lo que quieran con el país.»
En 1979, cuando la actividad política estaba prohibida, participó junto a otros dirigentes de la Confederación Socialista Argentina y del Partido Socialista Popular en un acto en el tradicional salón de la mutual socialista Unione e Benevolenza, de la ciudad de Buenos Aires.
En 1980, fue una de las encargadas de recibir a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos de la OEA, una de las acciones internacionales que más dañaron al Proceso de Reorganización Nacional.
En el mismo año, como integrante de la Comisión Permanente en Defensa de la Educación (COPEDE), Moreau, en compañía de Adolfo Pérez Esquivel, Ernesto Sabato y Elías Castelnuovo, publicó Por una universidad gratuita y firmó el reclamo inicial por el secuestro y encarcelamiento de Alfredo Bravo.
En 1981, impulsó la reunificación del Partido Socialista mediante la creación de la Unidad Socialista en alianza con el Partido Socialista Popular y el Partido Socialista del Chaco, siendo elegida presidenta. En 1982, fue una de las pocas dirigentes políticas que se opuso frontalmente a la Guerra de las Malvinas, consecuente con sus principios antimilitaristas.
Por su labor social, en 1984 fue elegida La Mujer del Año por la Cámara de Diputados de la Nación Argentina, mientras que la Universidad de Buenos Aires la distinguió con el título de Médica del Siglo.
En 1985, fue declarada presidenta honoraria de las Primeras Jornadas de Mujeres Socialistas y continuamente, fue designada Ciudadana ilustre de la Ciudad de Buenos Aires por la Legislatura porteña.
«Bueno, todo el mundo desea ser más capaz de lo que es, encontrar circunstancias que le permitan desarrollar esa capacidad, pero las circunstancias dependen de los de afuera, no de uno; y entonces se puede o no se puede, y yo he hecho lo que he podido.»
En 1985, se conmemoró su centenario y se le rindió un homenaje en Unione e Benevolenza, en el que participó todo el arco político y social de la Argentina, y durante el cual dio su último discurso público, especialmente dirigido a los jóvenes y a las mujeres
A partir de 1987, la Fundación Alicia Moreau de Justo estableció el premio Alicia Moreau de Justo para la Mujer del Año, que se ha transformado en uno de los más prestigiosos del país.
En 1988, la Fundación Konex le otorgó a su figura fallecida el premio Konex de Honor por su gran aporte a la sociedad argentina, siendo recibido por sus hijos.71 En la actualidad, múltiples organizaciones, entidades, escuelas y hospitales llevan su nombre.
Un retrato de Moreau preside el Salón Mujeres Argentinas en la Casa Rosada, junto a otras figuras femeninas de la historia argentina,
En el 127º aniversario de su nacimiento, en 2012, Google la recordó con un doodle en su honor.73 Con el fin de preservar su obra y promover su continuidad hacia la comunidad, existe en la actualidad la Fundación Alicia Moreau de Justo, una organización de defensa de derechos.
En un reportaje a la revista Gente en mayo de 1974, el entrevistador le preguntó «¿Qué le gustaría que le escribieran algún día como epitafio?», a lo que Moreau respondió «Aquí yace una gran luchadora contra molinos de viento».
Evolución y educación, 1915.
La emancipación civil de la mujer, en Humanidad Nueva, 1919.
El socialismo y la mujer, de La Vanguardia, 1933.
El Socialismo según la definición de Juan B. Justo, 1946.
La mujer y la democracia, 1947.
¿Qué es el Socialismo?, 1983.
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