domingo, 29 de noviembre de 2009

ABSTRACT CONGRESO/facebook http://www.facebook.com/home.php?#/profile.php?ref=name&id=100000524161388







I CONGRESO INTERNACIONAL VIOLENCIA, MALTRATO Y ABUSO/2008
ABSTRACTS

Institución: FUNDACIÓN ALICIA MOREAU DE JUSTO (F.A.M.J.)

Título: ACERCA DE LAS PROBLEMÁTICAS DE GÉNERO: VIOLENCIA, MALTRATO Y ABUSO.

Modalidad de presentación: Simposio integrado por profesionales de la F.A.M.J.

Autoras: Lic. Clelia Bercovich, Lic. GracielaGonzález, Lic. Estela Spano

Coordinadora: Dra. Aída Remesar.

ATENCIÓN DE LA VIOLENCIA DE GENERO EN LA ONG: ¿HEROISMO EN LA TRINCHERA?
Lic. Clelia Bercovich

La atención de la violencia de género en una ONG reviste peculiaridades que pueden caracterizarse. Al cabo de dos décadas de experiencia sabemos que un equipo que no se piensa a sí mismo en su ejercicio acalla su malestar y problemas internos alienta la fragmentación y el mecanismo de “poner el cuerpo en la trinchera” tolerando un incremento del “burn out”, stress y violencia interaccional. La toxicidad de las situaciones que se contienen - cargadas de perversión y horror- contribuye al empobrecimiento de la producción general y al riesgo de enfermar.
La falta de apoyos económicos necesarios y de redes instaladas con las cuales articular recursos de manera fluida fomenta el aislamiento y provoca la idealización de la “heroicidad” de las prestadoras, transformando las frustraciones que se generan por las carencias existentes en reforzamientos narcicísticos de roles tradicionalmente femeninos ligados a la reparación, la contención y la entrega altruísta. Respecto a los modelos de trabajo se recurre a lo conocido, a las experiencias profesionales traídas de otros ámbitos, relativizándose la especificidad que cruza el proceso: el riesgo (consultantes/especialistas).
Algunas conclusiones para el abordaje de la v. de género en la ONG : 1) Una sistemática revisión de las metas y objetivos institucionales.2) El reconocimiento de factores de contexto y sus efectos: “la parte que se brinda no es el todo que se necesita” 3) La uniformidad de criterios de funcionamiento se limita al uso de un protocolo consensuado. 4) Las diferencias personales y conceptuales son probables fuentes de crecimiento para el grupo de trabajo 5) El ejercicio de la producción teórica y técnica protege de efectos nocivos del “heroísmo en la trinchera”. 6) La conducción debe estimular las fortalezas, iniciativas y creatividad y promover la salida del aislamiento individual y/o colectivo que suele revestirse de omnipotencia.



VIOLENCIA: ¿SUBJETIVIDAD DEVASTADA?
Lic. GracielaGonzález

La violencia aparece en tiempos de falla de la ley, de la función paterna, de crisis y exclusión, de dilemas no resueltos, tanto personales como familiares y sociales, los cuales terminan desatando la agresividad.
La violencia surgirá entonces como único modo de aniquilar la diferencia, de escapar ... por eso no hay psicosis, pero faltará un anclaje en el amor.
¿Que puede hacer un niño/a? Jugará y tratará de elaborar lo traumático. Viene con su verdad y la despliega. Si no escuchamos lo que nos relata lo haremos dudar de su percepción. La negación suele acompañar a los relatos más terribles. No podemos escuchar el horror.
Un maltratador, un abusador “consume” a su víctima, la cosifica, arrasa su subjetividad, luego revictimiza a las víctimas, y ahora también a los profesionales que podrían ayudarlas. Sabemos que si no se “civilizan” las pulsiones en beneficio de la vida en común los sujetos estarán sometidos a una ley tiránica y el otro tenderá a ser degradado de su condición de semejante. Sabemos que es condición de la vida social renunciar a gran parte de las pulsiones (que podrían llevarnos a conductas perversas, a matar, a violar a robar) para poder vivir, convivir, compartir, amar y ser amados.
Todo adulto encarna a un padre, por eso todo abuso es incestuoso.

ABUSO SEXUAL INTRAFAMILIAR
LA FUNCIÓN DEL PADRE – CONSECUENCIAS DEL ABUSO EN LA SUBJETIVIDAD – SU RELACIÓN CON LA LEY.
Lic. Estela Spano


Partiendo de un caso de abuso de una menor por parte de su padre biológico y teniendo en cuenta el fallo del Tribunal que confirma la dificultad de condenar a un imputado en esta clase de delitos de acción privada, pero que no obstante atentan contra el orden genealógico, ya que el padre que incestúa viola una legalidad tanto familiar como social.
Se analizará tres vertientes: la función del padre; las consecuencias que la práctica incestuosa genera en la subjetividad de los niños/as afectados/as, dado el desamparo que produce la anulación del sujeto en una categoría legislada quedando, por la propia indefensión, a merced de un padre no marcado por la falta; y por último, el incesto y su relación con la ley a través de la actuación del sistema jurídico como generador o no de producción de subjetividad. Es decir, es imprescindible en estos casos, la actuación del Sistema Jurídico para posibilitar, en la víctima, tanto la restitución del orden genealógico minado, como una posición subjetiva que, no esté asociada a la propia culpabilización, y así, reparar el desamparo.
Posibilitando, además, respecto del abusador la inscripción de la estructura formal de la ley simbólica, la cual se da a través de capacidades de sanción y castigo en base a contenidos legales concretos prescriptos en los distintos dispositivos estatales.




La atención de la violencia de género en una ONG reviste características peculiares que la diferencian de la asistencia del problema en el contexto estatal o privado.
La falta de apoyos económicos necesarios y/o discontinuos y de recursos de derivación efectivos con los cuales articular de manera fluida (las prestaciones que se brindan o el seguimiento de los procesos) impulsa a las especialistas hacia un sesgo interpretativo de su funcionamiento, idealizando la “heroicidad de la trinchera”, transformando las frustraciones en reforzamientos narcicísticos de roles tradicionalmente femeninos, ligados a la reparación y la contención. Se recurre a lo conocido, los modelos de atención del contexto privado, utilizando los recursos que se tienen incorporados en la mochila de la propia experiencia.
La permanente interacción y supervisión del equipo, el ejercicio de la producción teórica y teórico técnica protege del “heroísmo en la trinchera”.
La sistemática revisión de los objetivos y metas institucionales y de los roles comienza por reconocer que “la parte que se brinda no es el todo que se necesita” para abordar el problema.

Es necesario lograr una conducción capaz de reconocer el marco real en el que se desarrollan las prestaciones, las fortalezas de los integrantes, estimular su creatividad y sus iniciativas.

La uniformidad de criterios de funcionamiento debe limitarse a la puesta en juego de un protocolo consensuado; las diferencias personales y conceptuales, en cambio pueden ser fuente de crecimiento de horizontes institucionales y personales de los integrantes.

Un equipo que no aborda su propia autocrítica y acalla su malestar y problemas internos genera un incremento del burn out, enfermedades, stress y violencia a su interior. Estas falencias, en consonancia con la toxicidad de las situaciones que se contienen, cargadas de perversión y horror, hacen que se contengan “poniendo el cuerpo en la trinchera”., empobreciéndose la producción en su conjunto.

PROTOCOLARIZACION Y BUENAS PRÁCTICAS EN EL DIAGNOSTICO Y TRATAMIENTO DEL MALTRATO Y EL ABUSO SEXUAL INFANTIL INTRAFAMILIAR:

La temática convocante de esta mesa amerita ser definida como trascendente, porque incluye un eje de debate contemporáneo, más allá de que se encuentre instalado desde hace un tiempo, y con inevitables consecuencias a futuro, me estoy refiriendo a la producción de la prueba en los casos de abuso sexual infantil. Consecuencias que se reflejarán principalmente en el devenir de los niños victimizados, facilitando su protección y cuidado, o contribuyendo a incrementar su padecimiento. Además se trata de una problemática compleja, dado que, reviste diferentes niveles de análisis, con el plus que significa portar en su seno disputas de poder.
Cabe señalar, que la generosidad del título excede la problemática que verdaderamente se discute y preocupa a nivel judicial, reflejada en el párrafo anterior: la protocolarización en los casos de abuso sexual infantil. Encontrándose una constatación elocuente de esto, en el protocolo presentado en el corriente año por La Comisión de Derechos del Niño y la Familia de la Federación Argentina de Colegios de Abogados (FACA). Por lo tanto, voy a focalizar mi exposición en dicha materia, considerando los proyectos en danza, pensándolos desde el eje central propuesto para este panel: los protocolos y las buenas prácticas.
A modo de introducción, vale abrir algunos interrogantes: ¿Por qué existe tanta preocupación en establecer protocolos en los cercamientos diagnósticos de abuso sexual infantil? ¿Por qué en el abuso sexual y no en otras materias? ¿Por qué y para qué sería necesario un protocolo en los diagnósticos periciales en ASI? ¿Los protocolos y las buenas prácticas son complementarios per se?
La última pregunta es de respuesta sencilla: No. Porque si de ciencia hablamos el método se debe adecuar al objeto, y no éste al procedimiento. Más adelante ilustraré la fundamentación, pero en principio es importante tener presente, que los protocolos no son condición de buena praxis, y que incluso pueden obturar a las mismas, aunque esto por supuesto no implica un destino ineluctable. Para abordar las tres primeras cuestiones, se requiere ahondar : en el marco histórico en el cual se inscribe la contradicción principal, en la labor pericial y en el objeto del diagnóstico, es decir en el niño sometido a abuso sexual, analizando tanto al sujeto como a la materia específica en tratamiento. Comenzaré por esta última.

La idea de un abuso sexual infantil es de por sí estremecedora, conlleva pensar en la factibilidad de lo impensable, en un adulto sometiendo sexualmente a un niño por medio de la asimetría de poderes y saberes que anula toda pretensión de interacción, resulta abyecta, inconcebible, con esfuerzo puede admitirse como poco probable. Sin embargo, por un lado, las reducciones sexuales de niñas y niños, son tan frecuentes que no permiten ser presentadas como excepciones a la norma, alcanzando en ocasiones grados asombrosos de tolerancia; y por el otro, el enunciado "abuso sexual infantil" porta un sesgo tranquilizador, no solo por la mediación que es inherente al lenguaje frente al acto (en este caso perverso), sino porque encubre al incesto. El incesto paterno-filial es la forma preponderante de violencia sexual perpetrada contra niñas y niños. Lo familiar se torna repentinamente desconcertante, terrorífico, emergiendo lo siniestro. A su vez lo extraño deviene familiar, porque dentro del seno parental, el sometimiento sexual se sostiene en el tiempo, duplicando la escala de lo horroroso. Es justamente la dimensión de lo siniestro y a dominancia su duplicación, la que enmarca al incesto paterno-filial y al abuso sexual infantil. La escisión, la desmentida y la negación son los mecanismos principales que los acompañan; el secreto y/o la amenaza son condiciones necesarias. De los mecanismos mencionados, es el de la disociación el que precisamente incumbe al incesto; el niño debe escindir, al padre "bueno" que ama y por quien es cuidado, del padre "malo" que lo somete, para no enloquecer o simplemente para sobrevivir, y el progenitor a la vez, se encuentra escindido como su accionar lo demuestra. La asimetría de la relación padre-hijo vuelve al abusador omnipotente en sus amenazas, seducciones y pronósticos, frente a la dependencia afectiva y material del hijo.
El incesto paterno filial, presentifica la potencialidad de la crueldad humana, y tensiona las bases de las diferentes culturas, en cuyos cimientos se halla su prohibición. Esta trascendencia explica la negación tanto social como familiar, en cuanto toma de noticia pero no de conciencia, y el tiempo transcurrido para la visibilización del tema. Visibilización que implicó un avance importante para el cuidado de niñas y niños, que obviamente no resuelve un destino posible de la condición humana, pero que podría aportar para acotarlo; y que trajo aparejado el surgimiento de un movimiento virulento al servicio de la desmentida de los abusos sexuales infantiles. Este último aspecto nos aproxima al marco histórico del debate.

Los refutadores de la gravedad y prevalencia de los abusos sexuales infantiles se sostienen "conceptualmente" en dos teorías de carácter ideológico, "el síndrome de la alienación parental" y "la co-construcción de memorias" que básicamente proponen que los ASI son excepcionales, y que en realidad la problemática principal radica en que en los juicios de divorcio y/o de tenencia, las "madres alienadoras" realizan "lavados de cerebros" en los hijos para alejarlos de los padres, implantando falsas memorias de abusos sexuales, las cuales son luego reforzadas en la propia "co-construcción" que aportan los niños, por medio de tratamientos psicológicos iatrogénicos y finalmente son diagnosticados como abusos por peritos psicólogos "inexpertos" que no conocen las bondades del “SAP” o que padecen traumas personales no resueltos que los llevan a ver abusos inexistentes. Desplazan, sin más fundamentación que su propio enunciado, al incesto como problemática princeps de la asimetría de saberes y poderes entre adultos y niño/as, por la epidemia de madres alienadoras y repentinamente alienadoras (una vez divorciadas), proponiendo implícitamente un nuevo y peculiar punto de partida para la cultura: la prohibición de las madres alienadoras. No es menor la puerilidad con la cual definen al niño/a alienado (sin incluir en esta descripción la rusticidad discursiva del lavado de cerebro, la parentectomía, etc.), sin contemplar los efectos que en la constitución del psiquismo infantil y en la producción de la subjetividad de niño/as tendría, a dominancia, un maternaje alienante (psicosis, problemáticas narcisísticas graves, empobrecimiento psíquico generalizado por los contrainvestimientos masivos). Más allá, de que los axiomas del “SAP” sean burdos, a partir de ellos se desarrolla una extensa e inteligente construcción que incluye hasta una "terapéutica clínico-jurídica" (1). Este constructo consiste en una desmentida ideológica de la realidad, destinada, por un lado a negar la gravedad de la problemática social de los incestos y los abusos sexuales infantiles; y por el otro a cuestionar el cercamiento diagnóstico de los mismos.
En la teoría del “SAP”, se alude a situaciones existentes y recurrentes en algunos momentos, a veces durante todo el proceso de un divorcio, haciendo una amalgama entre los ejercicios de violencia psicológica, predominantemente secundaria y simbólica, que se dan sobre algunos niño/as y los abusos sexuales que otros padecen; unificando todo en el mecanismo "alienador de las madres y el lavado de cerebro que provocan en los hijos, con la consiguiente exclusión de los padres". Se describe cómo "lógicamente" deberían actuar los niño/as, si no fuesen "programados" y como lo hacen al serlo, sin considerar los mecanismos de defensa propios de los seres humanos y las posibilidades metabólicas de los infantes frente a la vivencia de situaciones con potencialidad traumática o más bien teniéndolos en cuenta para "demostrar" que todo niño que no responde cual si fuese producto de una racionalidad de ajedrez, "fue alienado o su memoria ha sido co-construida".
Al facilitar argumentos para la negación frente a lo siniestro, brindando respuestas sencillas a problemáticas complejas, sintónicas con la ideología dominante, y tranquilizadoras frente a la posible crueldad de los seres humanos; el “SAP” adquiere una capacidad de convicción estremecedora. Es por ello que si bien la invención de Gardner no ha tenido reconocimiento científico alguno (2), se la ha incorporado en vastos sectores de la justicia como si se tratase de un texto sagrado; cada vez más jueces, fiscales y abogados se convierten en "expertos en “SAP”" y lo utilizan como literatura en sus trabajos de post-grado, y lo que es más grave en sus alegatos, sentencias y confección de protocolos.

Otro aspecto del contexto histórico lo constituye, la herida narcisista, que provoca en el seno del servicio de justicia, que la producción principal de la prueba provenga de profesiones de la salud mental. Desde esta perspectiva se califica a la psicología como “una ciencia blanda” que a diferencia de las “ciencias duras” no es confiable en sus conclusiones, en donde el desplazamiento semántico de ciencia humana a ciencia blanda, no es inocente. En el diagnóstico de un abuso sexual infantil, no se trata de medir con exactitud como colisionan dos cuerpos, sino del cercamiento científico de aberraciones estrictamente humanas.

El niño víctima de abuso sexual, al no contar con respondiente psíquico ni físico para metabolizar el acto perverso, sobrelleva inevitablemente un traumatismo, cuya modalidad e intensidad depende de diversos factores, entre los principales se hallan: momento de la constitución psíquica, singularidad y subjetividad del infante, duración y características del abuso, respuesta de los adultos no abusadores, y el tipo de vínculo con el perpetrador. Precisamente el incesto marca uno de los niveles de sufrimiento más desestructurantes del psiquismo infantil, puesto que, la fuente de padecimiento proviene del otro significativo. El traumatismo psíquico producto del somentimento sexual sostenido en el tiempo (a dominancia los casos de abuso sexual intrafamiliar se descubren tarde), afecta tanto la organización psíquica (constitución del psiquismo, relación intra e intersistémica, instauración de mecanismos de defensa) como la producción de la subjetividad infantil (referencias ideológicas y posicionamiento tópico).

La labor pericial, se inicia con las entrevistas al adulto que porta la denuncia del niño/a o la sospecha. En esta fase inicial, se evalúa la verosimilitud de la denuncia y se realiza un relevamiento de la historia (libidinal y acontencial), la configuración familiar y el universo de significación del niño/a. Un dato de importancia es si la preocupación se basa en una manifestación del niño/a a un adulto considerado por él protector, caso en el cual se debe actuar con celeridad en la solicitud de la interdicción del vínculo entre el niño/a y el presunto agresor, como imperativo ético y prerrequisito diagnóstico. A partir de estos primeros encuentros, se comienza a definir la estrategia diagnóstica, que incluye indicaciones y orientación al entrevistado, para evitar incidencias que dificulten la evaluación, así como para contener al mismo. Esto deviene necesario, más allá de ser ético, puesto que, en los casos de incesto paterno-filial y de ASI, es usual que el adulto protector, generalmente la madre, se presente angustiado y desbordado en sus posibilidades metabólicas; interrogando al hijo/a con desesperación para que este se retracte o brinde más detalles.
En las entrevistas con el presunto abusador, debe considerarse el emplazamiento de este ante la problemática, su explicación, y cuando corresponda, complementar el relevamiento de la matriz de datos significativos para el proceso diagnóstico del niño/a.
La especificidad de la labor pericial y su núcleo central, reside en la evaluación del niño/a presuntamente abusado. Está consiste en dilucidar si existe una articulación entre los acontecimientos abusivos sospechados con la verdad histórico-vivencial y la realidad psíquica del niño/a. Esto es factible porque “ni la fantasía es una producción psíquica independiente de toda huella de acontecimientos, ni existe un trauma en el que el acontecimiento puro se inscriba, indiferente del mundo fantasmático” (3). Si el discurso del niño es validado, ratificando su enunciado como verdad histórica; es porque se ha cercado previamente la verdad material que porta. Es decir que el relato del niño es la parte fundamental del cercamiento de los acontecimientos perversos, pero no la única. La suma de indicios e indicadores físicos y psíquicos, la eficacia determinadora del abuso sobre la sintomatología, el engarce con la realidad psíquica del niño/a, las metabolizaciones para procurar elaborar lo padecido, el lenguaje desplegado, la intervención de los sentidos del tacto y/o el olfato, los gráficos y juegos, la afectividad, la gestualidad, las posiciones subjetivas; forman parte del resto del material a ser considerado en la evaluación de la posible existencia de un abuso sexual infantil. Con lo cual, si este se confirma, el diagnóstico principal que se produce no es el de la validación del discurso del niño sino el del abuso por este padecido mediante el cercamiento de la verdad material. Así como cuando se realiza el diagnóstico de un niño maltratado, no se habla de la validación del relato sino que el mismo forma parte del proceso evaluativo; lo mismo vale para el niño sexualmente abusado. Lo expresado no se trata de una cuestión semántica sino sustancial: no confundir una parte importante y necesaria con el todo, y centrar la responsabilidad diagnóstica en el profesional que evalúa considerando la totalidad del material, para atenuar el ataque sistemático al relato del niño.

Me ocuparé ahora, de las cuestiones abiertas alrededor de los protocolos. La existencia de una preocupación especial en protocolizar las pericias en torno a los ASI frente a otros abusos, anida dominantemente en las dificultades inherentes al ser humano para tomar conciencia ante lo siniestro, en una materia que atañe nada menos que a las bases de partida de la cultura. Problemática que a su vez se halla atravesada por el lobby de los refutadores de los abusos sexuales, por la reticencia social a creerle a los niño/as, y por el instituido judicial. Él para qué de los protocolos es pensado preponderantemente desde el legítimo derecho a la defensa de los imputados, relegando hasta el momento, la que debería ser la causa principal: la defensa y el cuidado de los niño/as victimizados; el protocolo propuesto por la FACA avanza en este último aspecto.
En las propuestas de protocolos que circulan por los ámbitos judiciales, se patentizan las dificultades recién señaladas. Las mismas en general versan acerca de rigidizar el encuadre (4 o 6 entrevistas, sin presencia de la madre, en un ambiente de determinadas características, en cámara Gessell, el entrevistador deberá estar conectado con la asamblea evaluativa ubicada del otro lado del espejo presidida por el juez), sin contemplar la singularidad de cada caso y la especificidad de la materia en tratamiento. A modo de ejemplo, en principio puede mencionarse, la inadecuación de pensar un grupo evaluativo, frente a un niño en el cual se ha emplazado el secreto y la omnipresencia del padre para detectar cuando se lo rompe. Ni que hablar de un niño de 4 años abusado, con su psiquismo en constitución, con la necesidad de la presencia de la madre como garante para no desintegrarse o ser nuevamente violentado. Otro ítem llamativo, en el cual coinciden las propuestas de protocolos son la dilución de las profesiones de la salud mental en los rótulos de “profesional debidamente capacitado, técnico o entrevistador” con conocimientos en aspectos generales del abuso sexual y de psicología evolutiva. Es correcto exigir formación en el perito, el cual dada la materia en estudio, en principio no puede ser otro que un psicólogo o un psiquiatra, puesto que, la evaluación no se reduce a la aplicación de una técnica y la confección de una grilla, sino que demanda fundamentalmente la elección apropiada del método más pertinente para abordar al objeto de diagnóstico (el que no debemos olvidar se trata de un niño/a presuntamente sometido a abuso sexual), y del saber hacer específico en su aplicación. Resultando entonces los conocimientos sobre aspectos generales del ASI y de psicología evolutiva, necesarios pero insuficientes, puesto que, la decisión metodológica requiere además, la necesariedad de saber acerca de la constitución del psiquismo, dominancias estructurales, psicopatología y clínica del traumatismo psíquico. Vale aclarar, que la evolución psicológica infantil no deviene espontáneamente en base a fases prefiguradas, ni el psiquismo se instaura por simple sucesión temporal, sino que, dependen de las condiciones de crianza brindadas por los adultos significativos a cargo del infante. Motivo por el cual, un niño/a sometido al arbitrio de un perverso presenta consecuencias tanto a nivel estructural como subjetivo, las cuales, desde una lectura lega conllevan el riesgo de ser interpretadas como causas, obturándose la posibilidad de una profundización dentro del proceso de una evaluación diagnóstica.
Despejada la pretensión de "corregir" a las "ciencias blandas" por medio de la "mano dura" del encuadre protocolar y la mecanización del "entrevistador", es decir el emplazamiento del protocolo como obturador de las buenas prácticas; pensemos la articulación posible entre ambos. La misma no puede tener otro eje ético y práctico que proteger a los niño/as, y brindar una prueba que pueda ser confrontada por los protagonistas del proceso judicial. Tal meta es posible, si se instituye un nuevo protocolo pero a nivel del procedimiento judicial, unificando la producción de la prueba para las instancias civiles y penales, evitando la reiteración de pericias sobre los niños/as que se dan tanto inter como intra fueros. La filmación de las entrevistas diagnósticas, llevadas a cabo por un perito idóneo, serviría a tal fin. Además permitiría en parte zanjar las dificultades científicas inherentes a la complejidad de la materia en estudio, en cuanto a la labor cuasi-imposible de transmitir en un escrito los diferentes registros simultáneos que se dan dentro del marco diagnóstico de un niño/a sometido a abuso sexual; y también aportaría para despejar las dudas de quienes confunden a los peritos con el cobre y el cemento, asignándonos cualidades inductoras y fijadoras.



Osvaldo Fernández Santos
Notas:
1) En “El uso contra legem del `síndrome de alineación parental´”, la prestigiosa jurista española Blanco Bera, califica y fundamenta porque dicha “terapéutica” es una tortura , y como tal violatoria de los derechos humanos.
2) Se trata de una teoría ideológica y no científica, puesto que no da cuenta de sus fundamentos de partida. Como muestra, no determinante pero sí llamativa, ni siquiera ha sido aceptada su inclusión en el DSM IV, a pesar de la intensa “militancia” para su reconocimiento, la cual continúa en la actualidad para lograr un lugar en el DSM V.
3) Hornstein, Luis: “Intersubjetividad y Clínica”, Paidos, Buenos Aires, 2003, p.99.

sábado, 28 de noviembre de 2009

Ahora estamos en FACEBOOK

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miércoles, 25 de noviembre de 2009

En 1999 la Asamblea de las Naciones Unidas declaró "Día Internacional de la No Violencia Contra las Mujeres" propuesto en 1981 en el Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe, que se realizó e Bogota al 25 de noviembre, para conmemorar el violento asesinato de las hermanas Mirabal (Patria, Minerva y Maria Teresa), tres activistas políticas asesinadas el 25 de Noviembre de 1960 por la policía secreta del dictador Rafael Trujillo en la República Dominicana.Para el movimiento popular y feminista de República Dominicana históricamente estas mujeres han simbolizado la lucha y la resistencia y desde entonces se ha invitado a gobiernos, organizaciones no gubernamentales y académicas a desarrollar actividades dirigidas a sensibilizar a la opinión pública respecto de la terrible y acuciante problemática de la violencia de género en todos los ámbitos donde las mujeres, las adolescentes y las niñas desarrollan sus relaciones interpersonales. La violencia de género se caracteriza por su especificidad y está destinada a vulnerar a la mujer por su sola condición de serlo.
Como la violencia de género se inicia y justifica desde la desigualdad social fomentada por quienes sustentan el poder, basten estos documentos históricos como ejemplos:



-“La mujer que se niegue al deber conyugal, deberá ser tirada al río”.(Constitución Nacional Sumeria (civilización mesopotámica, siglo XX A.C.)




-“Cuando una mujer tenga conducta desordenada y deje de cumplir sus obligaciones del hogar, el esposo puede someterla a esclavitud. Este servicio puede, incluso, ser ejercitado en el hogar de un acreedor de su esposo y, durante el período en que dura, es lícito para el esposo contraer un nuevo matrimonio'. (Código de Hammurabi ,Constitución Nacional de Babilonia, otorgado por el rey Hammurabi, que lo concibió bajo inspiración divina, siglo XVII A.C.)



- “La mujer es de lo más corrupto y corruptible que hay en el mundo”.(Confucio, filósofo chino, siglo V A. C.)- “La naturaleza sólo hace mujeres cuando no puede hacer hombres. La mujer es, por lo tanto, un hombre inferior”.(Aristóteles, filósofo, guía intelectual griego de Alejandro Magno, siglo IV A.C.)



-“Los hombres están sobre las mujeres porque Ala les otorgó la primacía sobre ellas. Por lo tanto, da a los varones el doble que les des a las mujeres. Los esposos que sufran la desobediencia de sus mujeres pueden castigarlas: desde dejarlas solas en sus camas, hasta incluso golpearlas. No legó al hombre mayor calamidad que la mujer”.(El Corán, libro sagrado de los musulmanes, escrito por Mahoma en el siglo VI, bajo la inspiración divina).



-“Cuando un hombre sea reprendido en público por una mujer, él tiene derecho a derribarla de un puñetazo, darle un puntapié y romperle la nariz para que así, desfigurada, no se deje ver, avergonzada de su cara. Y esto es bien merecido, por dirigirse al hombre con maldad en el lenguaje usado”.(Tratado de Conducta Moral y Costumbres de Francia, siglo XIX)

-“Los niños, los idiotas, los locos y las mujeres, no pueden y no tienen capacidad para efectuar negocios”.(Enrique VIII rey de Inglaterra, líder de la Iglesia anglicana, sigloXVI, que entre otras cosas ordenó decapitar a una de sus esposas)

Hagamos visible esta realidad, para prevenir, evitar y erradicar la violencia de género instalada desde siempre en nuestra sociedad.


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Publicado por Ana María Salvador para Comunas, un desafio -AM1530- Sábados 13 a 14 hs. el 11/25/2009 08:46:00 AM

25 de NOVIEMBRE

lunes, 23 de noviembre de 2009

25 DE NOVIEMBRE/DIA CONTRA LA VIOLENCIA HACIA LA MUJER

La falta menos admitida contra los derechos humanos es la violencia contra las mujeres y los/as niños/as. Las relaciones de dominación arrastran injusticia, explotación, falta de verdad y ausencia de reconocimiento.La desigualdad de género merece atención, sensibilización y merece también que luchemos contra ella

viernes, 20 de noviembre de 2009

Un niño y una niña no son dos niños.

Un niño y una niña no son dos niños.

Una niña no es el femenino de un niño.

Una niña cuidando a un niño no es una madre.

Un niño que crece no es un juguete.

Un niño que roba para comer no es un delincuente.

Un niño preso es una acusación para nuestra pretendida humanidad.

Un revólver de plástico no es un juguete, sigue siendo un revólver.

Una niña anoréxica no es una barbie.

Un niño o una niña desnutridos son un grito que no calla nunca. Nunca.

Un niño o una niña golpeados son nuestros sueños lastimados.

Una niña que prostituyen no es una prostituta. Es una víctima del abuso
sexual. Una víctima también de nuestra indiferencia.

Un niño que trabaja no es un trabajador. Es una víctima del capitalismo.

Un niño que golpea a una niña, no es una sorpresa. Repite la antigua
historia que aprendió de padres y abuelos y bisabuelos.
El maltrato hacia la mujer es tan antiguo como el patriarcado.

Claudia Korol
Liliana Daunes

domingo, 15 de noviembre de 2009

España - Pulsera para controlar la violencia machista

La primera pulsera para controlar a los maltratadores y proteger a las víctimas de violencia machista ha sido ya conectada "sin problemas" en Valencia, han informado fuentes del Ministerio de Igualdad.

La segunda unidad de estos dispositivos de control se conectará en Badajoz, dado que el juez que supervisa el caso ha concedido su utilización, han añadido las fuentes que han declinado dar más detalles de estos casos. El pasado 24 de julio se pusieron 3.000 dispositivos a disposición de los juzgados.

El sistema consiste en unas unidades electrónicas similares a un teléfono móvil que portan tanto la víctima como el agresor, cuyos movimientos están controlados por medio de una pulsera-transmisor que envía señales a la central de control y a la víctima.

La unidad electrónica que porta la mujer informa de su situación a un centro de control, permite la comunicación de voz y pulsar un botón de pánico y, además, le avisa si el agresor se aproxima a menos de 500 metros.

Los avisos que genera el sistema son recibidos en un centro de control, gestionado por una empresa de seguridad privada, que comunicará inmediatamente de cualquier incidencia al cuerpo policial encargado del seguimiento de la víctima.


Fuente: Antena3, octubre de 2009. Difundido por Red No a la Trata

Blog Por el derecho a tener derechos

http://porelderechoatenerderechos.blogspot.com/

En España proponen formar a los jueces en violencia

El PSOE propone formación obligatoria jueces para ejercer juzgados violencia

EFE , Madrid | 03/11/2009 - hace 12 días | comentarios | +1 -8 (9 votos)

El grupo socialista propone la formación obligatoria de jueces para ejercer en los tribunales de violencia machista y que la condena firme por maltrato conlleve la pérdida de la custodia de menores para el agresor y la privación de patria potestad.

También aboga por la puesta en marcha de alarmas en los juzgados para informar a las víctimas de cualquier decisión que afecte a su seguridad, tanto permisos carcelarios de su agresor como concesiones de tercer grado.

Estas propuestas vienen recogidas en el borrador de informe para el estudio del funcionamiento de la ley integral contra la violencia de género, elaborado y entregado hoy por el PSOE al resto de grupos en la subcomisión para el estudio del funcionamiento de dicha ley.

Ahora, las demás fuerzas políticas podrán sumar sus sugerencias a dicho texto -algunas ya están recogidas-, y el próximo día 10 se debatirá en la subcomisión para su posterior ratificación en la Comisión de Igualdad del Congreso, el día 17.

El borrador informe, al que ha tenido acceso EFE, recomienda la inclusión del tratamiento de los agresores en la imposición de las penas, aunque no entren en prisión, y la consideración por los jueces de la suspensión y sustitución de la pena vinculada a los programas de reinserción con aprovechamiento.

Apuesta, además, por avanzar en la protección de los hijos que conviven con una situación de maltrato, de modo que en el momento de admitirse a trámite la denuncia se proceda a la suspensión cautelar del régimen de comunicación y visitas de los hijos con el padre.

En el mismo sentido, se propone que la orden de protección sea extensiva a los menores, concediéndoles como a su madre una orden de alejamiento; y la no aceptación del Síndrome de Alienación Parental y la aplicación de su terapia.

En cuanto a la mejora de la organización judicial contra la violencia de género, el informe pide mejorar la coordinación entre los juzgados de violencia y Policía y Guardia Civil, y la creación de juzgados exclusivos comarcales de violencia machista.

Otra de las medidas aboga por la formación obligatoria de jueces y magistrados para prestar servicio en los juzgados de violencia contra la mujer, lo que conllevará la modificación de la Ley Orgánica del Poder Judicial.

También se recomienda la implantación de unidades de valoración forense integral en todo el territorio en cada uno de los Institudos de Medicina Legal, previsto en la ley integral de violencia de género, pero que todavía no se ha aplicado con carácter general.

Incluir la asistencia psicológica previa a la denuncia en la cartera de servicios de la Seguridad Social y flexibilizar los requisitos para acceder al Fondo de Garantía de Alimentos para hacer frente al impago de pensiones son otras de las recomendaciones del informe.

sábado, 14 de noviembre de 2009

TRABAJOS DE LAS PASANTES

La mancha que se juega en la escuela

Un niño es traído a consulta por otro que dice que le molesta algo de ese niño, así es que llega L a la Fundación donde realizamos las prácticas. Llega derivado de la escuela de recuperación por problemas de conducta. La familia, la sociedad y las instituciones que la componen, esperan algo del niño... eso que esperan es lo que se establece como lo “normal”: que sea un buen niño, que estudie, que se porte bien, que sea sano, entre otras cosas. ¿Qué pasa entonces cuando el chico no cumple con esas expectativas? ¿Cuándo su comportamiento o el aprendizaje no “encajan” con lo normal, con lo esperable? Se podría decir que el niño en cuestión pasa a ser etiquetado, se lo encasilla en diferentes diagnósticos, en este caso “problemas de conducta” y a partir de ahí se comienzan a tomar medidas para hacer algo con este “niño problema”, medidas que muchas veces apuntan a intentar moldear la conducta del niño en lugar de buscar las causas de su “mal comportamiento”.
La mamá de L manifiesta que es un niño desobediente, que no le cree a nadie y pelea todo el día, dice: “no me hace caso, está todo el día peleando, no sé más que hacer, no para ni un minuto, desde que va a esa escuela está peor”.
La pareja de la madre dice que la casa donde viven es un lío, un desorden, son muchos viviendo allí y L está todo el día peleando, por lo que no puede llevar compañeros de la escuela, pero tampoco lo dejan ir a la casa de ellos porque “son una mala influencia para él”. Además de esto no lo dejan ver a su padre biológico porque es un “drogadicto”, ni a su familia paterna. Así van impidiéndole a L hacer lazo social, en el colegio y hasta con su padre.
En “Sobre las teorías sexuales infantiles” Freud plantea que la primera pregunta que el niño se hace es por el origen y enuncia: “el niño (…) demandará una respuesta a sus padres (…) que para él significan la fuente del saber. Pero ese camino fracasa. Recibe una respuesta evasiva, o una reprimenda por su apetito de saber, o lo despachan con alguna información de cuño mitológico (…) a partir de este primer engaño y rechazo alimentan desconfianza hacia los adultos” Silvina Gamsie dice en su libro sobre la interconsulta: “el descubrimiento temprano del engaño puede provocar, como efecto no buscado, el más absoluto descreimiento en la palabra de los adultos y en su autoridad. Múltiples consultas son prueba de ello: los niños insoportables, los desafiantes en la escuela, los que no pueden aprender ya que no hay nada interesante que esas “tontas” maestras -a las que llegan a agredir físicamente- puedan enseñarles. La pérdida de la escena infantil genera otra donde los niños se agigantan, ante el empequeñecimiento de los grandes. Es dramático que la escuela responda especularmente excluyendo a esos niños, dificultando aún más su posibilidad de reubicarse en una escena de pares y de recuperar la inquietud de aprender”
Por su parte, L se presenta tímido, se sienta y se encorva apoyando su cara sobre sus brazos. Manifiesta su enojo y no quiere hacer nada, no sabe por qué vino, simplemente dice: “quiero ir a la escuela a cagarme a trompadas con mis compañeros, y por venir acá no voy a poder ir hoy a la escuela”.
En la Fundación utilizamos test proyectivos como recursos psicológicos para evaluar si hay algún trastorno neurológico que le impida al niño aprender, y de no ser así, que es lo que ocurre frecuentemente, desplegamos entonces un diagnóstico psicoanalítico para buscar las causas que llevan a un niño, en este caso, a ser derivado de una escuela común a una escuela de recuperación y de esta a un centro de asistencia psicológica. En el caso de L utilizamos el test de la Familia y el test de Pata Negra, en este último se le presentan al niño una serie de imágenes, deberá elegir algunas de ellas y redactar una historia con las mismas; con la última imagen deberá pedir tres deseos. Cuando se le pide el dibujo de su familia escribe en la hoja todos los nombres de los primos y los tíos que viven en su casa sin escribir ni el de su madre, ni el de su hermana (hija de otro papá) ni el de su padre y dice: “lo único que dibujaría es tirarme debajo de un tren”. En la sesión siguiente busca un arma entre los juguetes, al no encontrar la terapeuta propone hacer una con plastilina, L manifiesta que le gusta mucho jugar con la masa y modela un avión. La terapeuta se pregunta si amasando quiere darle forma a su escape, el que también manifestó con respecto al chanchito “Pata Negra” (“se están llevando al chanchito a un lugar donde los matan”). Sin embargo quiere más de tres deseos y pide tener dos más: “que no lo maten” y “que se le salga la mancha”.
En las siguientes sesiones L manifiesta que le gustaría que lo dejen jugar con sus amigos de la escuela, así lo expresa: “mi mamá no quiere que yo vaya a esa escuela, pero a mi me gusta, tengo a mis amigos, y son más amigos que los de la otra (la escuela común), a mi no me importa que se porten mal porque son mis amigos... y por suerte tengo la play porque mi mamá no juega conmigo ni con mi hermana, siempre pone alguna excusa y me deja todo el día jugando a la play o con el perro solo”.
Además dice que no le gusta ir con el papá de su hermana porque lo maltrata y que le gustaría ver a su papá, y a la familia del padre, cuenta que se lo pidió a la madre y que ella le prometió que lo buscaría, sin embargo sólo quedó en ese nivel, el de la promesa, ya que L continúa sin ver a su padre.
García Reinoso , médico psicoanalista, plantea que en el síntoma de un niño está siempre incluida “la palabra” del padre o la madre, palabra que, clausurada para ellos, “se escucha” ya no como palabra sino como síntoma en el niño; por lo tanto en los síntomas de los hijos se encuentran las palabras clausuradas del discurso familiar, de los padres. Es esa “verdad clausurada” la que hace causa en L.
Lacan en Variantes de la cura-tipo plantea que “(...) la palabra determina, desde antes de su nacimiento, no sólo el estatuto del sujeto, sino la llegada al mundo de su ser biológico” Allí mismo sitúa lo que llama la cadena de palabras, la cual está constituida de un “faltar a la verdad de la palabra”: no todo puede decirse, hay falta en el Otro. Alba Flesler retomando los dichos de Lacan enuncia que los padres no pueden decirlo todo porque nadie puede decir todo de lo real, lo real excede lo simbólico...
Proponemos, siguiendo a Carolina Alcuaz que “el Psicoanálisis, como nuevo lazo social inventado por Freud, permite un tratamiento del real en juego en el síntoma” Así, la oferta de la palabra, la entrada en el discurso, lo ayudaría a L “a que se le salga la mancha”, el tratamiento operaría como un “quitamanchas” pero intentando dejar una marca inolvidable para el sujeto.

Lic. Mayra Dente