jueves, 3 de diciembre de 2009

Premio Alicia Moreau de Justo (2008) DISCURSO DE LA LIC CLELIA BERCOVICH

Premio Alicia Moreau de Justo (2008)
DISCURSO DE LA LIC CLELIA BERCOVICH, Coordinadora del Area de Salud Mental de la Fundación, en ocasión de la entrega del premio ”Alicia Moreau de Justo”. (2008)
Coordinadora del Area de Salud Mental de la FAM.

La FAM Justo cumple 22 años, fue fundada en 1986.
Los objetivos generales de creación y puesta en marcha de la institución fueron : continuar la obra y el pensamiento de Alicia Moreau de Justo.

Nuestra principal preocupación continúan siendo los Derechos Humanos de las mujeres, en especial las mujeres en situación vulnerable y de riesgo para su salud y su vida.
Respecto de las áreas de desarrollo, iniciamos nuestra tarea con un consultorio de atención psicopatológica y un gabinete para consultas jurídicas, instalando más adelante el área de salud Mental que tengo el honor de coordinar con la concurrencia de cuatro psicólogas clínicas, una psiquiatra y una psicóloga social. A veces contamos con pequeños subsidios y otras no, algunos de ellos por la dirección de la Mujer del Gobierno de la Ciudad a través de diferentes administraciones.
Con el comienzo de la apertura del área tuvimos un 80% de consultas por violencia, lo que nos determinó a desarrollar diversas tareas relacionadas en el tema investigación, docencia, asistencia y publicaciones, así como nuestra participación en eventos nacionales e internacionales en los que realizamos aportes.
La Fundación desarrolla atención personal y grupal de mujeres en situaciones físicas, emocionales e incluso económicas de esa violencia que se llamó doméstica, familiar, intrafamiliar, conyugal, etc y que hoy llamamos violencia en base al género de género, porque específicamente está dirigida a las mujeres. Posteriormente nos vimos necesitadas de abrir un departamento de atención a niños niñas y sus madres, coordinado por la lic G Gonzalez debido a que, en otros servicios de atención a niños y adolescentes, por desconocimiento de la problemática, se culpabilizaba a las madres víctimas de violencia. En este departamento además se atienden niñas y niños derivados por escuelas y juzgados y niñ@s y adolescentes con necesidades especiales, basándonos en la capacitación profesional que existe en el equipo para asistir a niños en esa situación. Quiero presentar a mis compañeras : Graciela Gonzalez, Estela Spano, Adriana Pancer, Andrea Macci y Aida Remesar, psiquiatra. La presencia en la administración de la lic. MónicaYancleu desde hace tantos años.
La situación de las niñas y niños pequeños que quedaban sol@s en los barrios carenciados cuando sus padres salían a trabajar , nos llevó a crear una pequeña Guardería para ellos en 1990 en la Villa 20 , que sostuvimos hasta el año 2001.
Iniciamos así una relación con las mujeres de las Villas 20 y 3, con las que trabajamos en la prevención de la violencia de género. Hemos realizado allí varios talleres para mejorar la calidad de vida de sus habitantes y desde hace unos cinco años iniciamos la capacitación de las Promotoras de Salud que cumplen tareas en los CESAC, Centros de Salud y Atención Comunitaria, para que puedan reconocer la violencia, contener y ayudar a las mujeres y niños víctimas de ese flagelo y derivarlas a los centros de atención de la violencia, tanto estatales como de organismos No Gubernamentales. En esta área de trabajo en terreno han trabajado mayormente la presidenta de la fundación Elena Tchalidy, Andrea Macci, psic. social y Ester Mancera ps. social y psicóloga. El equipo de psicólogas ha asistido a niñas os y sus madres en Lugano en un programa conveniado con la Dirección de niñas niños de la jefatura del gobierno de la ciudad hasta la actual administración, atendiendo muchos casos de la zona en un marco de escasos lugares que otorguen asistencia en breve tiempo.
Hemos realizado Jornadas Nacionales y Regionales desde Jujuy hasta Río Gallegos y mas de veinte Seminarios de Capacitación en la Prevención y Asistencia de la Violencia Familiar para profesionales y voluntarios.
Hemos entregado el Premio Fundación Alicia Moreau de Justo a personas, instituciones y programas de radio y televisión que han defendido y difundido los derechos de las mujeres en lo social, político, económico, familiar, la salud, educación, de destacada trayectoria o dewsconocida para los medios masivos pero que la fundación en su labor ha descubierto y reconocido públicamente.
Y también iniciamos una relación institucional con una Organización No Gubernamental , la Federación de Mujeres Progresistas de España, para intercambiar experiencias y ,reconociendo nuestras diferencias, replicar las actividades que mutuamente consideremos válidas para mejorar la calidad de vida de las mujeres y l @s niñ@s.
Brevemente he reseñado una tarea que ha llevado más de 20 años, lo esperable era que la institución, en el marco de situación general no pudiese seguir adelante. Aún valorando la necesidad de desarrollar nuestra tarea como trabajadoras profesionalizadas que eso somos, una gran mayoría de las veces funcionamos como voluntarias debido a la falta de reconocimiento que existe en la sociedad por el trabajo de quienes nos agrupamos en base a utopías y sueños, conectados con una sensibilidad social que nos anima.
Las ONG en Argentina han desarrollado una tarea aún no visible para el rescate de la historia, las ONG pueden ser grandes o pequeñas, ricas o carentes de recursos materiales, su perfil depende de las ideas que las cruzan en su interior, de su autonomía, de sus principios básicos.
Hasta que la tarea de reconstrucción histórica del quehacer comunitario a través de las ONGs no se desarrolle continuará como trabajo a pulmón de sus integrantes, pero secretamente hay una satisfacción, nada rescata tanto del sin sentido de la vida como la acción solidaria. Nada es tan enriquecedor como tratar de realizar los sueños.
Finalmente : La violencia en base al género adopta diversos rostros, uno transcurre al interior de los hogares, en la institución sagrada, la célula de la sociedad, la familia , otra yace en la discriminación hacia la mujer en tanto género socialmente devaluado y hay otra siniestra que se manifiestaen la trata de personas. Esta última forma, es que el exitoso programa “Vidas robadas” que nos complace venir a galardonar hoy.
Publicado por Clelia Bercovich en 15:13 0 comentarios
Etiquetas: Discurso en ocasión dela entrega del premio A.M deJusto (2008)
Prólogo del Libro de laJornadaNacional sobre Violencia (Dic. 2005) por Lic Clelia Bercovich.
El concepto de “violencia de género” genera aún polémica, También suele producir rechazo abierto y manifiesto. Si se habla de violencia doméstica, se acepta que las mujeres resultan mayormente afectadas como conjunto social, pero, no suele reconocerse que esta modalidad frecuente, forme parte una serie de fenómenos sociales, en los que en virtud de su género, las mujeres ocupen una posición subordinada tanto en el mundo público como en el privado.

Las maniobras discriminatorias, opresivas y aún letales - la muerte de mujeres de la violencia doméstica o el tráfico de niñas para prostitución y el turismo sexual, forman parte de esa historia - , en la que todavía se soslaya reunir los diferentes fenómenos en una comprensión global. Indudablemente realizar esa operación podría llegar a resultar lesiva- si generara impacto - sobre todo un orden de valores y privilegios existentes.

Horrores e inequidades de raigambre ancestral conviven en nuestra sociedad moderna junto con el progreso, los avances tecnológicos, la información y la transformación de las ideas. Este mundo plural y heterogéneo sigue conservando ingredientes patriarcales que no permiten visibilizar la violencia de género, y justamente de este “transcurrir invisible”, es lo que este libro viene a dar cuenta.

La “identidad de género” es el resultado a través de milenios, de un procesamiento cultural tanto individual como colectivo en el que el conflicto entre los sexos fue constituyendo la materia viva de pactos y alianzas que “ como la espuma del mar al mar profundo” resultan sólo la superficie de una historia patriarcal de poder, dominio y control que incluye su propia resistencia. En ese devenir se construyen las subjetividades genéricas.

Si bien han perdido algo de su inquietante efecto - en su esfuerzo por imponer el género como una nueva categoría de análisis - las tersas producciones del feminismo de mediados de los setenta y los ochenta descorrieron el velo que ocultaba la vida privada y revelaron la cotidianeidad de sus actores. Así, surgieron materiales teóricos e investigaciones que describían el día a día de las relaciones familiares, pudiéndose reconocer a la familia moderna- el bastión sagrado e intocable de la sociedad- como uno de los lugares privilegiados para las inequidades basadas en el género. Resultaba una fortaleza inexpugnable y oculta en la que se desplegaban las conductas violentas hacia las mujeres.

La proliferación de estudios fue configurando una masa crítica de aportes que permitieron observar acabadamente que los argumentos con los que se maltrata a una mujer en la instancia privada, abrevan en la cultura. Los mensajes discriminatorios o descalificatorios basados en el género se podían reconocer en los medios masivos de comunicación, en la publicidad, en el discurso público y en las disposiciones legales. Sólo era necesario darse a la tarea de descubrirlo en cada caso.

De todos modos, la denuncia pública ha sido insuficiente. La reproducción cultural perpetúa las jerarquías y las diferencias sobre la base del imaginario social, mediante la permanencia de los modelos de "lo masculino" y "lo femenino" como asimétricos y correspondientes. Los niños y niñas van ocupando los lugares prefijados “según el género”, con variantes de acuerdo al tipo de cultura y la época. En la modernidad, los estereotipos siguen “aggiornándose” a través de nuevos ropajes; aún en las nuevas configuraciones familiares – sobrevivientes de las constantes transformaciones sociales emergentes de la nueva hora- se puede constatar la vigencia de la perspectiva jerárquica de la reproducción de la diferencia. Los roles asignados al género siguen adheridos y fijados al imaginario social.

Entender la violencia doméstica desde esta mirada, es comprenderla como una cristalización emanada de la lucha entre los sexos, como un proceso dinámico que encierra la pretensión de la supremacía de uno sobre otro.

Desde esta perspectiva, resulta en parte comprensible entender por qué no se denuncia. Rasgar los velos de la privacidad y exponer a otros los secretos celosamente guardados al interior de un lugar entronizado como sagrado, es ir contra corriente. Resulta indudablemente doloroso, permitir que otras instituciones sociales penetren en el mundo de la “propiedad privada”, el de la intimidad, de las costumbres, los valores y los sueños. Haber aceptado una propuesta supuestamente “imbatible”: alinearse en sintonía con un orden histórico garante de “la felicidad”, ofreciendo el propio destino individual en aras de un libreto convencionalmente instituido y terminar poniendo en riesgo la vida, en su más amplio concepto.

Sin duda resulta inevitable la polémica acerca de cuáles son las transacciones, las intermediaciones y las alianzas entre los géneros que dramatizan los actores sociales. No investigarlas, supondría mantener un planteo unilineal y un cese de la interrogación. Toda historia de opresión incluye su resistencia, pero ésta no se despliega de manera unívoca.

El amor romántico que amenaza terminar en tragedia, no es el único protagonista de la violencia doméstica. Existe una amplia gama de uniones violentas en las que se observa el patrón que diferenciamos de otras modalidades de violencia. Por ejemplo, al calor de la globalización y la concentración de la riqueza, conjuntos enteros de población fueron arrojados sin paracaídas al zanjón oscuro de la pobreza estructural y se desdibujan formas tradicionales de agrupamiento y vinculación. Historias “de borde”, que transcurren entre los límites de la supervivencia, en el desamparo sistemático. No suelen venir a la consulta; sin embargo, cuando llegamos a ellos, nos encontramos con el hecho de que se puede reconocer el patrón de la supremacía de género como justificación del maltrato y el abuso. La categoría de análisis sigue siendo pertinente aún cuando las formas de vinculación aparecen transformadas y distantes de la organización familiar tradicional.

En los relatos de las víctimas, la violencia aparece como ese juego anacrónico y siniestro, - adjetivos que hemos escuchado y que tan justamente lo definen: un escenario predecible, monótonamente reiterado, casi tedioso si no fuese por el horror que conlleva, el riesgo de peligro inminente y fatal que campea en la escena. Detrás de cada suceso violento está presente la amenaza de aniquilación física y/o subjetiva..

Si bien resulta difícil superar los escollos ancestrales para “hacer público lo privado“, en un estado de situación en el que las víctimas no cuentan con mecanismos y recursos suficientes que brinden la contención necesaria y global que se requiere, denunciar resulta casi una proeza.

Partiendo de la base del conocimiento de las medidas necesarias, los trabajos presentados en este libro enfocan diversas cuestiones tales como ponderar los recursos legales existentes, ampliar el concepto de violencia, analizar el despliegue de formas de violencia abierta y encubierta en el ámbito público, considerar la desprotección legal, los efectos emocionales en la salud y aspectos éticos de los profesionales que asisten los casos; así como también profundizar en la subjetividad masculina, abriendo nuevos interrogantes que conducen al crecimiento teórico y práctico de la temática.

En nuestro país hay un hiato considerable entre lo existente y aquello con lo que es necesario contar. Cuando recogemos, junto a los afectados, los pedazos rotos de los vínculos, lo hacemos sabiendo que brindamos “ una parte de un todo” al que aspiramos; que no basta con diagnosticar: el contexto entero de la asistencia resulta “fragilizado”, si lo que se reconoce como un flagelo mundial no es enfrentado con los recursos necesarios: planes globales para la erradicación de la violencia de género - de prevención, asistencia y capacitación -, refugios distribuidos en todo el país, leyes adecuadas que permitan actuar con rapidez y eficiencia etc.

Sin embargo, a pesar de esta realidad, cada paso hacia adelante: una nueva medida que se implementa, un refugio que se abre, una investigación que incluye datos sobre incidencia o que aporta a la ampliación del marco teórico, nos alienta a seguir en el camino. Si bien la violencia de género viene reproduciéndose desde la noche de los tiempos, las transformaciones de la cultura y de las subjetividades hacen que la violencia de género no sea “aquello de lo que no se habla”. Estos trabajos son testimonio de que seguimos la apuesta de vivir en un mundo más justo y equitativo.

Prólogo del Libro de laJornada Nacional sobre sobre Violencia de Género". Fundación Alicia Moreau de Justo. Bs. As. Diciembre 2005
Comps. Graciela González/ AdrianaPancer.
Publicado por Clelia Bercovich en 14:12 0 comentarios
Etiquetas: Violencia en base al género
Efectos de la violencia emocional sistemática
Estas conclusiones está extraídas de mi trabajo "Celotipia e Intermitencias cíclicas en la violencia emocional en base al genero " Buenos Aires. 2008.

EFECTOS SOBRE LA SALUD DE LAS MUJERES QUE SUFREN VIOLENCIA SISTEMÁTICA
• Mayor riesgo de enfermar físicamente. Los registros médicos suelen carecer de especificaciones detalladas que se refieran al origen violento de las lesiones Si se compara con las mujeres no maltratadas, las que han sufrido violencia tienen mayor probabilidad de experimentar una serie de problemas de salud más o menos graves. Se ha sugerido que esta mayor vulnerabilidad de las mujeres maltratadas se debe a la inmunidad reducida por stress que provoca el maltrato. La depresión es una consecuencia del maltrato sistemático y conduce al abandono del cuidado de la propia salud.
• Riesgo de padecer discapacidades crónicas por lesiones ( violencia física).
• Riesgo de padecer hipertensión, enfermedades autoinmunes, artrosis, enfermedades reumáticas, hepatitis c y b, sida, obesidad, diabetes, frecuentes operaciones, trastornos tiroideos.
• Las investigaciones indican que las mujeres maltratadas experimentan enorme sufrimiento psicológico debido a la violencia, lo que genera diversas afectaciones en áreas del pensamiento y la emocionalidad, en las interacciones sociales y familiares, atacando su libertad de elección personal. Aunque conserven “ capacidad de sobrevivir en el frente de batalla” y escapar finalmente de la amenaza de aniquilamiento, resultan afectadas. La repetición, en el marco de diferentes instancias enlazadas por el afán posesivo creciente del victimario, va cercenando las capacidades de respuesta defensiva, debilitándolas y ocasionado stress.
• Depresión. Ansiedad generalizada. Actitudes de hipervigilancia. Trastornos de pánico, Trastornos alimentarios- anorexia- . Stress postraumático. Fatiga crónica, trastornos del sueño. Adicciones. Aislamiento. Retracción. Empobrecimiento yoico. Embotamiento”, torpeza y confusión. Abandono de proyectos y objetivos vitales. Son víctima de estafas y de enredos económicos del perpetrador. Pérdida de vínculos significativos, familiares y amistosos.
• Mayor riesgo de muerte. Por homicidio intencional, por resultado de lesiones permanentes o por suicidio, usado como último recurso para escapar a la violencia.

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