Un niño y una niña no son dos niños.
Una niña no es el femenino de un niño.
Una niña cuidando a un niño no es una madre.
Un niño que crece no es un juguete.
Un niño que roba para comer no es un delincuente.
Un niño preso es una acusación para nuestra pretendida humanidad.
Un revólver de plástico no es un juguete, sigue siendo un revólver.
Una niña anoréxica no es una barbie.
Un niño o una niña desnutridos son un grito que no calla nunca. Nunca.
Un niño o una niña golpeados son nuestros sueños lastimados.
Una niña que prostituyen no es una prostituta. Es una víctima del abuso
sexual. Una víctima también de nuestra indiferencia.
Un niño que trabaja no es un trabajador. Es una víctima del capitalismo.
Un niño que golpea a una niña, no es una sorpresa. Repite la antigua
historia que aprendió de padres y abuelos y bisabuelos.
El maltrato hacia la mujer es tan antiguo como el patriarcado.
Claudia Korol
Liliana Daunes
viernes, 20 de noviembre de 2009
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